1.-ÁREA DE IDENTIFICACIÓN
1.1.- Código de referencia
ES 41-229 AME/02
1.2.- Título
Archivo del Marquesado de Peñaflor, de Cortes de Graena y de Quintana de las Torres.
1.3.- Fecha(s)
1293-1958.
1.4.- Nivel de descripción
Fondo.
1.5.- Volumen de la unidad de descripción
76 m/l (704 unidades de instalación).
2.- ÁREA DE CONTEXTO
2.1.- Nombre del productor o coleccionista
Marquesado de Peñaflor, de Cortes de Graena y de Quintana de las Torres.
2.2.- Historia institucional o biografía
Los apellidos Henestrosa, Pérez de Barradas y Vélez de Guevara, van a ser los definidores de tres prestigiosas Casas -Peñaflor, Cortes de Graena y Quintana de las Torres respectivamente- que acabarían unidas. Las dos primeras en 1822, en la persona de Juan Bautista Pérez de Barradas Fernández de Henestrosa, y la tercera en 1827, en la de su hijo Fernando Pérez de Barradas Arias de Saavedra, quien llegaría a ostentar por primera vez los títulos de marqués de Peñaflor, de Cortes de Graena y de Quintana de las Torres. Junto a los tres linajes principales de la familia, unas depuradas alianzas matrimoniales proporcionaron otros apellidos titulares de poderosos mayorazgos: Cabrera, Montemayor y Aguilar, para la Casa de Peñaflor; Villarroel, Portocarrero y Aguayo, para la de Cortes de Graena; y Arias de Saavedra, para la de Quintana de las Torres.
La línea portadora del apellido Henestrosa, sobre la que recaería en el siglo XVII el marquesado de Peñaflor, aparece vinculada a la ciudad de Écija desde mediados del siglo XIV, donde llegó a entroncar con prestigiosos linajes andaluces a lo largo de los siglos, especialmente con los Pérez de Barradas. Estos últimos, afincados en Guadix (Granada) desde el siglo XV y titulares del marquesado de Cortes de Graena desde el XVII, emparentarían con la Casa de Peñaflor en el XVIII, quedando de este modo vinculados a la ciudad de Écija. Gracias a una premeditada política de casamientos, gestada en el siglo XVIII, Juan Bautista Pérez de Barradas Fernández de Henestrosa, el primogénito de la marquesa de Peñaflor y del marqués de Cortes de Graena, heredaría en 1822 ambos títulos.
La Casa de Quintana de las Torres, otra de las fortunas establecidas en Écija, se uniría a fines del siglo XVIII a la Casa de Peñaflor y de Cortes de Graena, ejemplificando un claro caso de endogamia social. El desembarque definitivo de los Vélez de Guevara en Écija se produjo a principios del siglo XVIII. Con anterioridad el referido linaje no mantuvo una residencia fija, debido a la dispersión de su hacienda por la geografía peninsular e incluso europea -a raíz del enlace con los Arias de Saavedra-, así como al desempeño de relevantes cargos en el gobierno del Nuevo Mundo.
Coincidencia en los tres linajes principales en lo que a política matrimonial se refiere, antes de su unión definitiva, pero también coincidencia plena en otros aspectos. Los tres pertenecieron a una nobleza de tipo medio -caballeros- hasta que en la segunda mitad del siglo XVII consiguieron acceder a la nobleza alta o titulada. Las Órdenes de Santiago, de Calatrava y de Alcántara contaron con buenos representantes entre los primogénitos de los Henestrosa, Pérez de Barradas y Vélez de Guevara. En la Orden de Santiago llegaron incluso a alcanzar las más altas dignidades, como la de comendador mayor de León -caso de Lope Álvarez de Henestrosa- y la de caballero Trece -casos de Diego Álvarez de Henestrosa, Lope Álvarez de Henestrosa, Álvaro Pérez de Barradas y Fernández de Córdoba y Fernando Pérez de Barradas y Fernández de Córdoba-.
La carrera militar fue a su vez compartida con la política, siendo una constante en la familia el desempeño de importantes cargos oficiales en los órganos de representación. Corregidores, alcaldes mayores, caballeros veinticuatro, regidores, alféreces mayores, gobernadores en el Nuevo Mundo, etc. desfilan a lo largo de los siglos. Estos cargos les proporcionaban el más eficaz medio de control de la vida política y gubernativa de las villas y ciudades de realengo, donde estaban afincados, y al mismo tiempo la más sólida plataforma de distinción social. La tradicional tendencia a la patrimonialización de los oficios produjo en algunas ocasiones la vinculación de los mismos al linaje con la correspondiente aquiescencia regia; los más significativos ejemplos en este sentido, los de alférez mayor de Écija y de Guadix. Y junto a estos relevantes cargos políticos, desempeñados en villas y ciudades, no faltaron los propiamente cortesanos y honoríficos: gentilhombre de la cámara del rey, gentilhombre de la boca del rey, trinchante, maestresala,… e incluso camarero mayor del rey, oficio notable y de máxima confianza de la Corona.
La segunda mitad del siglo XVII fue, como ya hemos indicado, el marco cronológico del ascenso social de los tres linajes. En 1660 Juan Vélez de Guevara obtuvo el título de marqués de Quintana de las Torres; en 1664 Juan Tomás Fernández de Henestrosa, el de Peñaflor; y en 1683 Antonio Lope Pérez de Barradas, el de Cortes de Graena. En los tres casos el título llevó agregado el nombre de la única población, o de la más importante, de su señorío. Precisamente la compra de un pueblo sobre el que ejercer la jurisdicción señorial -militar, judicial, administrativa y fiscal-, era la forma más corriente y eficaz de ascender a la nobleza titulada. Con tal pretensión en 1629 Fernando Pérez de Barradas compró a la Corona la villa de Graena y la aldea agregada de Cortes (Granada); en 1653 Antonio Fernández de Henestrosa Montemayor, la villa de Peñaflor (Sevilla); y en 1654 Juan Vélez de Guevara, la de Quintanapalla (Burgos).
Más tarde, concretamente en 1771, Antonio Pérez de Barradas, marqués viudo de Peñaflor, alcanzó la cúspide de la jerarquía nobiliaria al obtener el título de Grande de España. Así le recompensó el monarca por su decidido apoyo a la política de Nuevas Poblaciones. Con este nuevo título la Casa de Peñaflor pasó a formar parte de una selecta minoría dentro del estamento nobiliario del reino. Como Grandes de España, dos marqueses de Peñaflor -Juan Bautista Pérez de Barradas y Bernuy y Fernando Pérez de Barradas y Fernández de Córdoba- llegaron a ostentar en el último cuarto del siglo XIX y primer tercio del XX el cargo de senador del reino.
Unido a los títulos y a la clara posición de dominio iba toda una serie de prerrogativas legales. Privilegios penales, procesales y fiscales conferían una auténtica singularidad al grupo nobiliario en una sociedad regida por el principio de la desigualdad.
Cargos, títulos, prerrogativas y unas premeditadas alianzas matrimoniales, aspectos decisivos a la hora de alcanzar una ostensible preeminencia, siempre se vieron sustentados por una fuerte base económica. En el poder económico, derivado de las rentas de un patrimonio inmobiliario en progresivo acrecentamiento, la institución del mayorazgo desempeñó un papel de primer orden. Como forma de propiedad, los mayorazgos tuvieron una destacada significación. Fue el medio empleado para perpetuar indefinidamente ciertos bienes patrimoniales, que fueron transmitidos de generación en generación.
La institución del mayorazgo permitió al marquesado amasar a lo largo de los siglos una ingente riqueza. Nos resistimos a omitir un dato lo suficientemente elocuente al respecto: Fernando Pérez de Barradas y Arias de Saavedra (1798-1856), marqués de Peñaflor, de Cortes de Graena y de Quintana de las Torres, tras heredar los tres caudales poseía, sólo en la ciudad de Écija y su término, 20 fincas urbanas y diversos predios rústicos que alcanzaban una extensión superficial total cifrada en torno a las 13.000 hectáreas. A ello hay que agregar varios palacios y numerosas casas y tierras en Guadix, Cortes de Graena, Baza, Granada, Peñaflor, Marchena, Córdoba, Úbeda, Cazorla, Quesada, Sevilla, diversos enclaves de la provincia de Burgos, Alemania, Austria, …
Junto al dominio solariego, la jurisdicción señorial, igualmente vinculada en mayorazgo, contribuyó a aumentar el poder económico y el prestigio social de la familia. Los principales linajes de la Casa ejercieron jurisdicción, en concreto, sobre las villas de Peñaflor (Sevilla), Cortes de Graena (Granada), Alía, Castilblanco, Las Navas y La Calera (todas en Cáceres), Quintanapalla (Burgos), Laer, Hilden, Stöcken y Rimberg (ubicadas en Alemania), “Tumellus” (Francia), Boymer (Austria) y durante un corto periodo de tiempo sobre Moguer (Huelva), Villanueva del Fresno y Barcarrota (ambas en Badajoz). El señorío implicaba además de una base territorial, el reconocimiento explícito de la jurisdicción civil y criminal sobre ésta. El gobierno señorial reproducía en pequeña escala las líneas maestras de la administración real, si bien el mimetismo institucional contaba con una clara limitación: el señor estaba subordinado de iure y de facto a la autoridad suprema del monarca. Señorío y mayorazgo constituían, por tanto, dos realidades jurídicas interrelacionadas y generadoras de riqueza.
Poder y riqueza determinaron unas pautas de conducta que siempre emularon el comportamiento de la realeza y configuraron un modo de vida privativo del grupo nobiliario. Lujo y ostentación formaron parte de una cotidianeidad transmitida incesantemente, como en una representación teatral, a una sociedad expectante. Suntuosos palacios, joyas, vestidos, carruajes, numerosos oficiales y personal de servicio, banquetes, patrocinio de espectáculos populares, de obras públicas, de ricos retablos, de imágenes y ajuar religioso en general, denodado interés por la cultura literaria y las artes y, en definitiva, una práctica manifiesta y constante del ideal nobiliario, exteriorizaban todo un distanciamiento “biológico” del resto de la sociedad. Exteriorización donde no podemos olvidar el empleo del escudo de armas que, a manera de impronta y proclama de auténtica “superioridad”, colocaban en sus más destacadas pertenencias.
El referido distanciamiento originó también una forma de religiosidad plasmada en fundaciones de patronatos y capellanías en servicio de Dios y de la Iglesia, pero cargadas de contenido social. A lo largo de los siglos fueron numerosos los patronatos fundados por distintos miembros de este marquesado. Repartidos por la geografía española, hemos de citar entre ellos el del convento de San Francisco de la Observancia de Guadix (Granada), el del convento de San Juan de la Penitencia de Cazorla (Jaén), el del convento de San Luis de Peñaflor (Sevilla), el de la capilla de San Salvador de la iglesia de San Torcado de Henestrosa (Burgos), el del convento de Santa Clara de Murcia, etc. Sin embargo, la fundación de patronatos tuvo su centro neurálgico en la ciudad de Écija. Aquí fueron patronos de la capilla de San Pedro Mártir y de la sala capitular del convento de San Pablo y Santo Domingo, de la capilla colateral del Evangelio del convento de San Francisco, de la capilla del Santo Cristo del monasterio de San Jerónimo del Valle, del monasterio de Santa Florentina, del convento de Nuestra Señora de la Merced, del convento de Nuestra Señora de la Victoria y del colegio de la Compañía de Jesús. Y tampoco faltaron los patronatos generales, como los ostentados sobre la Provincia de Andalucía de la Real y Militar Orden de la Merced Calzada -en unión del conde de Fuentes- y sobre la Orden de Mínimos de San Francisco de Paula de la Provincia de Granada.
El siglo XIX, con sus iniciativas revolucionarias, afectó a la Casa de Peñaflor, de Cortes de Graena y de Quintana de las Torres como al resto del estamento nobiliario. Los fundamentos jurídicos de la preeminencia social de la nobleza fueron destruidos en los años que siguieron a la muerte de Fernando VII, sentándose las bases de una nueva sociedad. La jurisdicción señorial se mantuvo hasta la promulgación de la ley de 26 de agosto de 1837, de abolición de señoríos. Y pocos años después, la ley de abolición de mayorazgos, promulgada el día 19 de agosto de 1841, provocó la dispersión del patrimonio acumulado durante siglos.
La pérdida de los privilegios y derechos jurisdiccionales, se vio compensada por la extensión de las propiedades territoriales del marquesado, no olvidemos que los caudales de Peñaflor, de Cortes de Graena y de Quintana de las Torres se hallaban unidos desde 1827. Pese a que la abolición de mayorazgos provocó la enajenación de diversas fincas rústicas y urbanas, en 1854 Fernando Pérez de Barradas, titular del marquesado, era uno de los mayores contribuyentes de España; ocupaba un destacado vigésimo primer puesto, abonando por el referido concepto una cantidad anual de 103.000 reales. El dominio solariego, salvado del proceso abolicionista, hizo que el marqués de Peñaflor dejara de ser señor para convertirse en propietario y que pasara a formar parte de una poderosa clase latifundista, en la que se mantuvo durante más de un siglo.
En 1958, año del fallecimiento de Isabel de Angulo y Rodríguez de Toro, marquesa viuda de Fernando Pérez de Barradas y Fernández de Córdoba y último bastión del marquesado en Écija, aún poseía el citado marquesado algo más de 2.200 hectáreas, sobre las que se constituiría la Fundación de los Excelentísimos Sres. Marqueses de Peñaflor y de Cortes de Graena. Dicha Fundación, de carácter benéfico-docente y presidida por el arzobispo de Sevilla, hizo realidad la última voluntad de Isabel de Angulo y Rodríguez de Toro y de Fernando Pérez de Barradas el día 14 de octubre de 1965, fecha en que abrían sus puertas en Écija las Escuelas Profesionales Sagrada Familia (SAFA).
Pese a la falta de descendencia directa de Fernando Pérez de Barradas e Isabel de Angulo y Rodríguez de Toro, hoy dos sólidos pilares sustentan la presencia del marquesado de Peñaflor, de Cortes de Graena y de Quintana de las Torres en Écija: la referida Fundación y el suntuoso palacio (declarado Monumento Histórico Artístico por Decreto 347/62, de 8 de febrero, del Ministerio de Educación Nacional) que sirvió de residencia durante siglos al más ilustre y poderoso linaje afincado en esta ciudad.
2.3.- Historia archivística
La custodia del Archivo fue competencia de la propia familia hasta la muerte de la última marquesa, Isabel de Angulo y Rodríguez de Toro, en 1958. A partir de este momento y hasta su donación en 1992 al Ayuntamiento de Écija, permaneció la documentación en el palacio familiar de esta ciudad bajo custodia de la Fundación de los Excmos. Sres. Marqueses de Peñaflor y de Cortes de Graena.
En los siglos XVIII y XIX los propios administradores del marquesado realizaron inventarios por Casas. Tales inventarios han sido tomados como punto de partida del general practicado en 1993 por Marina Martín Ojeda, archivera municipal de Écija.
2.4.- Forma de ingreso
Donación de la Fundación de los Excmos. Sres. Marqueses de Peñaflor, de Cortes de Graena y de Quintana de las Torres al Ayuntamiento de Écija con fecha 13 de noviembre de 1992.
3.- ÁREA DE CONTENIDO Y ESTRUCTURA
3.1.- Alcance y contenido
El indudable protagonismo social y económico y la amplia proyección territorial del marquesado de Peñaflor, de Cortes de Graena y de Quintana de las Torres a lo largo de los siglos permite la realización de estudios muy variados (sociológicos, económicos, de mentalidades, etc.) no sólo en torno a la propia familia, sino también sobre Écija y numerosos enclaves peninsulares e incluso algunos europeos e hispanoamericanos cuya historia han mediatizado.
El archivo consta de tres fondos principales, identificados con las casas nobiliarias de Peñaflor, de Cortes de Graena y de Quintana de las Torres. Cada uno de ellos comprende la documentación que desde la Baja Edad Media la familia conservó durante siglos por motivaciones e intereses económicos y jurídicos. Concretamente contiene:
-Títulos de sucesión y descendencia (testamentos, capitulaciones matrimoniales, instituciones de vínculos y mayorazgos, etc.).
-Títulos honoríficos (privilegios y honores).
-Títulos de jurisdicción señorial y su ejercicio (documentos justificativos del dominio, señorío y vasallaje, así como los derivados del ejercicio del gobierno, “gracia” y justicia señorial -nombramientos de oficiales de cabildo, denuncias y querellas interpuestas por vecinos, etc.-).
-Títulos de dominio solariego (escrituras de compras, ventas, arrendamientos, censos,…del patrimonio solariego rústico y urbano).
-Títulos y cuentas de patronatos y capellanías (documentos fundacionales y documentación relativa a su administración patrimonial).
-Documentación judicial (pleitos, sentencias, probanzas, etc.).
-Correspondencia (registros, correspondencia de la administración general, correspondencia privada).
-Documentación contable (cuentas y justificantes de la administración general, de la labor, de despensa, etc.).
Todo ello sin olvido de varios inventarios de los distintos fondos, practicados en los siglos XVIII y XIX con la finalidad de control documental y agilización de las búsquedas, que han servido de base a la organización del archivo realizada en 1993.
A estos tres fondos principales, se incorporaron otros de diversa consideración: unos procedentes de las depuradas políticas matrimoniales adoptadas por la familia -ducado de Feria, ducado de Medinaceli, condado de Cañete del Pinar y condado de Luque-; y otros derivados de los estrechos vínculos mantenidos con instituciones religiosas -hermandades y Compañía de Jesús-.
3.2.- Valoración, selección y eliminación.
Toda la documentación que constituye el fondo es de conservación permanente.
3.3.- Nuevos ingresos.
Es un fondo cerrado.
3.4.- Organización.
Los tres principales fondos constitutivos del Archivo del Marquesado, identificados con las tres citadas Casas, se hallaban organizados parcialmente al ingresar a principios de 1993 en el Archivo Municipal de Écija, si bien el orden conferido de antiguo a parte del archivo se había visto alterado con el paso del tiempo. Las descripciones de los tres fondos, realizadas en los siglos XVIII y XIX por los propios administradores de las tres Casas nobiliarias y regidas por un fin común de carácter utilitario y económico, obedecían a criterios similares, aunque con ciertas diferencias.
En el tratamiento archivístico prevalecía, por tanto, rehacer la antigua organización, aplicando los principios fundamentales de la archivística, y organizar la parte nunca organizada siguiendo las mismas pautas de la que sí lo estaba. El resultado, un cuadro de clasificación funcional y una descripción plasmada en sus correspondientes instrumentos -inventario, relaciones sumarias de contenido e índices-.
CUADRO DE CLASIFICACIÓN
Signatura | Legajos | Libros | |
1 | CASA DE PEÑAFLOR | ||
1.0 | Inventarios del Archivo (fines siglo XVIII-1888) | 1-3 | 1-2 |
1.1 | HENESTROSA | ||
1.1.1 |
Títulos de sucesión y descendencia. Genealogía /1340/ (1414-1941) |
4-22 | 3-4 |
1.1.2 | Títulos honoríficos /1428/ (1468-1914) | 23-24 | |
1.1.3 | Títulos de jurisdicción señorial y su ejercicio (1625-1846) | 25-41 | |
1.1.4 | Títulos de dominio solariego (1659-1958) | 42-69 | 5-25 |
1.1.5 | Títulos y cuentas de patronatos y capellanías (1503-1890) | 70-78 | 26 |
1.1.6 | Documentación judicial (1453-1955) | 79-95 | |
1.1.7 | Correspondencia (1636-1957) | 96-168 | 27-28 |
1.1.8 | Documentación contable (1655-1964) | 169-312 | 29-85 |
1.2 |
CABRERA-HENESTROSA |
||
1.2.1 | Títulos de sucesión y descendencia. Genealogía (1438-1752) | 313 | |
1.2.2 | Títulos de dominio solariego (1503-1816) | 314-315 | |
1.2.3 | Documentación judicial (1660) | 86 | |
1.3 | MONTEMAYOR | ||
1.3.1 | Títulos de sucesión y descendencia. Genealogía (1293-1737) | 316-318 | |
1.3.2 | Títulos de jurisdicción señorial (1409-1731) | 319 | |
1.3.3 | Títulos de dominio solariego (1525-1803) | 320-324 | 87 |
1.3.4 | Pleitos (1478-1635) | 325 | |
1.4 | AGUILAR (GALLAPE) | ||
1.4.1 | Títulos de sucesión y descendencia. Genealogía (1452-1737) | 326 | |
1.4.2 | Títulos de dominio solariego (1482-1774) | 327-328 | 88 |
1.4.3 | Títulos y cuentas de patronatos y capellanías (1520-1841) | 329-331 | |
1.5 | AGUILAR (PILAR) | ||
Libro de hacienda (1606-1610) | 89 | ||
2 |
CASA DE CORTES DE GRAENA |
||
2.0 |
Inventarios del Archivo (ss. XVIII-XIX) |
90-92 | |
2.1 |
Títulos de sucesión y descendencia. Genealogía /1479/ (1492-1857) |
332-338 | |
2.2 |
Títulos honoríficos (1479-1721) |
339 | 93-94 |
2.3 |
Títulos de jurisdicción señorial y de dominio solariego (1648-1948) |
340-357 | 95-106 |
2.4 |
Títulos y cuentas de patronatos y capellanías (1507-1820) |
358 | 107 |
2.5 |
Documentación judicial (1452-1845) |
359-387 | 108-112 |
2.6 |
Correspondencia (1497-1827) |
388-415 | |
2.7 |
Documentación contable (1501-1827) |
416-438 | |
3 |
CASA DE QUINTANA DE LAS TORRES |
||
3.0 |
Inventarios del Archivo (1849) |
113-114 | |
3.1 |
Títulos de sucesión y descendencia. Genealogía (1501-1907) |
439-446 | |
3.2 |
Títulos honoríficos (1561-1874) |
447 | |
3.3 |
Títulos de jurisdicción señorial y de dominio solariego (1462-1867) |
448-467 | 115-118 |
3.4 |
Documentación judicial (1536-1833) |
468-474 | |
3.5 |
Correspondencia (1699-1849) |
475-478 | |
3.6 |
Documentación contable (1667-1856) |
479-482 | |
4 |
OTROS FONDOS NOBILIARIOS |
||
4.1 |
CASA DE FERIA |
||
4.1.1 |
Correspondencia (1847-1859) |
483 | |
4.1.2 |
Documentación contable (1848-1874) |
484-485 | 119 |
4.2 |
CASA DE MEDINACELI |
||
4.2.1 |
Correspondencia (1848-1868) |
486-487 | |
4.2.2 |
Documentación contable (1849-1866) |
488-489 | |
4.3 |
CASA DE CAÑETE DEL PINAR |
||
4.3.1 |
Correspondencia (1841-1874) |
490 | |
4.3.2 |
Documentación contable (1840-1873) |
491-492 | |
4.4 |
CASA DE LUQUE |
||
4.4.1 |
Actas de la testamentaría del conde de Luque (1879-1887) |
120 | |
4.4.2 |
Registro de documentos entregados a la testamentaría (1879-1887) |
121 | |
4.4.3 |
Inventarios de bienes (1879-1890) |
122-125 | |
4.4.4 |
Títulos de propiedades (1839-1902) |
493-498 | |
4.4.5 |
Títulos y cuentas de patronatos y capellanías (1738-1882) |
499-504 | |
4.4.6 |
Documentación judicial (1875-1894) |
505-506 | |
4.4.7 |
Correspondencia (1876-1897) |
507-519 | |
4.4.8 |
Documentación contable (1873-1896) |
520-554 | 126-134 |
5 |
FONDOS ECLESIÁSTICOS |
||
5.1 |
Hermandad de Nuestra Señora del Rosario de Écija (1551-1897) |
555-559 | 135-141 |
5.2 |
Otras hermandades (1551-1947) |
560-561 | |
5.3 |
Compañía de Jesús de Écija (1579-1841) |
562 | 142 |
4.- ÁREA DE CONDICIONES DE ACCESO Y USO
4.1.- Condiciones de acceso
Documentación sin restricciones de acceso, dado su carácter histórico. Las limitaciones sólo afectan a la mal conservada.
4.2.- Condiciones de reproducción
La reproducción está sujeta al estado de conservación de los documentos.
4.3.- Lengua y escritura de los documentos
Predominio del castellano, con algunos documentos en latín y en árabe. Escrituras gótica cursiva, precortesana, cortesana, procesal y humanística.
4.4.- Características físicas y requisitos técnicos
La documentación se halla en su mayor parte bien conservada.
4.5.- Instrumentos de descripción
–Guía ISAD (G).
-Inventario (inédito, disponible en Sala de Investigadores).
-Relaciones sumarias de contenido de las unidades de instalación que incluyen los títulos de sucesión y descendencia y los títulos honoríficos (inéditas, disponibles en Sala de Investigadores).
-Índices (inéditos, disponibles en Sala de Investigadores).
5.- ÁREA DE DOCUMENTACIÓN ASOCIADA
5.1.- Existencia y localización de documentos originales
Se trata de documentos originales.
5.2.-Existencia y localización de copias
Existen copias microfilmadas de toda la documentación relativa a títulos de sucesión y descendencia en el propio Archivo Municipal y en el de la Sociedad Genealógica de Utah.
5.3.- Unidades de descripción relacionadas
Hay fuentes documentales relacionadas en los archivos parroquiales, municipales y de protocolos notariales de las distintas localidades sobre las que el marquesado ejerció su influencia, así como en el Archivo General de Indias y Archivo Histórico de la Nobleza (Toledo).
5.4.- Bibliografía sobre el fondo o colección
Específicamente sobre el Archivo del Marquesado no existe. Sobre el devenir histórico familiar puede verse:
-MARTÍN OJEDA, Marina y VALSECA CASTILLO. Ana. Écija y el marquesado de Peñaflor, de Cortes de Graena y de Quintana de las Torres. Córdoba: Ayuntamiento de Écija; Fundación de los Excmos. Marqueses de Peñaflor y de Cortes de Graena, 2000.
-ARIZA, Juan de. Descripción genealógica de los Excelentísimos Señores Marqueses de Peñaflor, con algunas noticias de los heroicos hechos, y prodigiosas azañas, de algunos de sus predecesores, y enlazes con las Casas principales de España, y de fuera de estos reynos, que les han hecho acreedores, a que la piedad de nuestro católico monarca, el señor D. Carlos Tercero, los aya distinguido con los honores, y tratamiento de Grande de España. Écija: Imp. de Benito Daza, 1772.
-FIILTER RODRÍGUEZ, José Antonio. “Pensamiento y postura de Olavide sobre la actitud del cabildo ecijano con las nuevas poblaciones. Relaciones del superintendente con el marqués de Peñaflor”. Actas del VI Congreso Histórico sobre Nuevas Poblaciones. Córdoba: Junta de Andalucía [et alii], 1994.
-GARCÍA LEÓN, Gerardo. “Caballos y ambición nobiliaria en la época de la Ilustración. La figura del marqués de Peñaflor”. Adiciones a la doctrina del caballo y arte de enfrenar de don Gregorio de Zúñiga. Sevilla: Consejería de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía; Real Maestranza de Caballería de Sevilla, 2022.
-LEONARDI, Salvatore. La historia de los primeros Barradas en la heráldica del palacio de los marqueses de Cortes de Graena y de Peñaflor en Guadix. Guadix: Ayuntamiento, 2005.
-LEONARDI, Salvatore. “De Portugal a Guadix pasando por Murcia: datos para la historia de los primeros Barradas”. Mvrgetana, vol. 114. Murcia: Real Academia Alfonso X El Sabio 2006.
-LEONARDI, Salvatore. “Para una biografía de Lope de Figueroa. Notas críticas y nuevas aportaciones: Parte primera, hasta la jornada de Djerba y el final de su cautiverio por los turcos (1564)”. Revista de Historia Militar, núm. 114. Madrid: Ministerio de Defensa, 2013.
6.- ÁREA DE NOTAS
6.1.- Observaciones
7.- ÁREA DE CONTROL DE LA DESCRIPCIÓN
7.1.- Nota del Archivero
Descripción realizada por Marina Martín Ojeda, Archivera Municipal de Écija.
7.2.- Reglas o normas
CONSEJO INTERNACIONAL DE ARCHIVOS. ISAD (G). Norma Internacional General de Descripción Archivística. Madrid: Subdirección de los Archivos Estatales, 2000.
7.3.- Fecha de la descripción
1-XII-2009.
21-VIII-2024 (última revisión).