En el año 1492, con la conquista del Reino de Granada, surge uno de los problemas que marcarán el reinado de los monarcas españoles del siglo XVI y principios del XVII: la cuestión morisca. Conflicto en el que se distinguen claramente tres etapas: una primera, marcada por la conversión al cristianismo, años 1500-1502; una segunda, a raíz de las revueltas moriscas en las Alpujarras de 1568; y una tercera, que está relacionada con la expulsión de los moriscos y la venta de sus bienes raíces, iniciada en 1609.
En enero de 1610 llegaba a Écija el bando de expulsión de la comunidad morisca, colectivo que venía manteniendo un indudable protagonismo en esta ciudad desde el último tercio del siglo XVI. De hecho, Écija ocupa un lugar muy destacado por el número de moriscos que acogió como consecuencia de la deportación llevada a cabo por orden de Felipe II, tras la sublevación en el reino de Granada iniciada en la Navidad de 1568, situándose inmediatamente después de Sevilla, Córdoba, Jaén, Baeza y Priego de Córdoba.
Son por ello numerosos los testimonios escritos que se conservan en el Archivo Municipal de Écija sobre esta minoría, de los que ofrecemos una pequeña muestra al cumplirse el IV Centenario de su expulsión. La proscripción de este colectivo tuvo consecuencias negativas para la ciudad, tanto en el ámbito demográfico como en el económico.
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1498, diciembre, 13. Ocaña.
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1502, marzo, 11. Llerena.
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1569, enero, 9 – 1577, agosto, 2. Écija.
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1572, octubre, 6. Madrid.
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1573-1599. Écija.
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1579, noviembre, 13-17. Écija.</strong
Expediente de denuncia contra Diego García de Paredes, Álvaro Alcoholado y Alonso Osorio, moriscos, por hablar en árabe.
30 ff.
Archivo Municipal de Écija, legajo 205, 4.
Pedro Merchante, alguacil, interpone denuncia y encarcela a tres moriscos por hablar en árabe entre ellos, contraviniendo la Pragmática de Felipe II. Los tres moriscos -Diego García de Paredes, Álvaro Alcoholado y Alonso Osorio- eran menores de 25 años, vivían en la calle del Puente y se dedicaban a la venta de pasas y almendras.
Tras la celebración del correspondiente juicio son absueltos y puestos en libertad al demostrarse que no eran de los sublevados en el reino de Granada -sino naturales de Hornachos (Badajoz) -, que eran “buenos cristianos, temerosos de Dios y de sus conciencias, de buena vida y fama y costumbres”, y que los testigos de la acusación -Jerónimo Vidal y Bárbara Ruiz- mantenían una manifiesta enemistad con ellos.
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1610, enero, 27. Écija.
Acta del cabildo municipal acordando proponer al rey que los bienes raíces de los moriscos pasen a engrosar el patrimonio municipal para mitigar el descalabro económico que causaría su expulsión.
Archivo Municipal de Écija. Libro 38, ff. 202v-203r.
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1613, marzo, 28. Écija.