Pasaje de las Celindas, s/n. 41400 - Écija (Sevilla)

Écija Alfonsí

EXPOSICIONES VIRTUALES

La ciudad de Écija, a través de la Delegación de Cultura de su Excmo. Ayuntamiento, se suma a los actos conmemorativos del VIII centenario del nacimiento del «rey Sabio», que a nivel nacional se están celebrando, con una exposición virtual de la documentación alfonsí custodiada en su Archivo Histórico Municipal.

El día 23 noviembre 1221 nacía Alfonso X en Toledo. Hijo primogénito de Fernando III y de Beatriz de Suabia, recibió una esmerada educación de la que derivó su amor por las artes y las ciencias. La ingente obra literaria, científica, histórica y jurídica llevada a cabo por su escritorio real, en colaboración con la Escuela de Traductores de Toledo, ha llegado a ensombrecer parcialmente la política interna y externa desplegada en los treinta y dos años de su reinado y plagada de éxitos y proyectos fallidos.

En Écija fue notable su actuación, hallándose el devenir histórico de esta ciudad estrechamente vinculado al «rey Sabio». A él debe la organización espacial, jurídica, militar, social y económica habida tras su reconquista. Desde el mismo momento de su incorporación a la corona de Castilla por Fernando III, hacia 1240, hasta la toma definitiva del reino de Granada, Écija se erigió en villa cabeza de frontera en la parte occidental de Andalucía. Alfonso X supo valorar desde un principio su posición estratégica y benefició a la vieja Astigi con relevantes privilegios, encaminados a convertir la villa en un enclave que propiciara el asentamiento de nuevos pobladores. El propio repartimiento, que efectuó de la villa y su término, muestra su proyecto de convertir esta localidad en el gran centro logístico y poblacional de la campiña sevillana.

Lamentablemente no toda la documentación, emitida por la Cancillería de Alfonso X y dirigida al concejo de Écija, ha llegado a nuestros días. Hoy solo se conserva una carta original, fechada en 1282, y otros cinco documentos transmitidos en copias certificadas del siglo XV. Todos los documentos alfonsíes que ahora mostramos, fueron además trasladados en noviembre de 1499 por Pedro de Ales, escribano público de Écija y de su concejo, al cartulario conocido con el nombre de Tumbo de los Reyes Católicos. Es por ello que algunos de los documentos expuestos –en concreto los marcados con los números 3 y 6– se inician a mitad de folio, dado el carácter corrido de las transcripciones recopiladas en el citado códice, precediendo a su inicio y siguiendo a su término parte de otros documentos.

En suma, esta modesta colección documental conservada en el Archivo Municipal de Écija viene a poner de manifiesto la relevancia política y militar que la referida localidad fue adquiriendo durante el reinado de Alfonso X y constituye un valioso testimonio de una época crucial y de tránsito, en la que se produjeron hechos traumáticos que consumaron el proceso irreversible de sustitución, consolidación y nueva supremacía de los poderes civil y religioso en esta parte de la Baja Andalucía.

Bibliografía:

-GONZÁLEZ JIMÉNEZ, Manuel. “Repoblación y repartimiento de Écija”. Actas del I Congreso sobre Historia de Écija “Bimilenario Colonia Augusta Astigi”. Écija: Ayuntamiento, 1988, tomo I.

-SANZ FUENTES,  Mª Josefa. “Aportación al estudio de la Cancillería de Alfonso X”. GADES, nº 1 (1978).

-SANZ FUENTES,  Mª Josefa. Escrituras y concejo: Écija, una villa de realengo en la Frontera (1263-1400). Sevilla: Editorial Universidad de Sevilla, 2016.

 

Documento 1

1263-1271, marzo, 3. Écija.

Don Martín de Fitero, arcediano de Córdoba y clérigo del rey, don Simón, criado del rey y alcalde en Écija por la reina, y Juan López, escribano del rey, deslindan y reparten la villa y el término de Écija, en cumplimiento de lo ordenado por el rey don Alfonso y su esposa, doña Violante.

Copia certificada de curia, expedida en Écija, en noviembre de 1499. Tumbo de los Reyes Católicos. Pergamino, 30 x 21 cm. Archivo Municipal de Écija. Libro 1606, fols. 1v-8v (en PDF se muestra asimismo el fol. 1r., con la diligencia de apertura del Tumbo).

Incorporada Écija a la Corona de Castilla en 1240, Fernando III permitió que la población musulmana continuase en la villa. Mediante una ventajosa capitulación, sus habitantes lograron salvar no solo sus vidas y propiedades, sino conservar su propio estatuto jurídico, su religión, sistema fiscal y autoridades tradicionales. El pacto, naturalmente, suponía el sometimiento al rey de Castilla, hecho este simbolizado por la entrega de la fortaleza de la Calahorra y por la instalación en la villa de una guarnición castellana. Fernando III confió la tenencia de la fortaleza a su heredero el infante don Alfonso, quien a su vez la daría a su amigo don Nuño González de Lara.

Las capitulaciones estuvieron en vigor hasta 1263, año en que Alfonso X decidió expulsar a la población musulmana, ante un conato de resistencia por parte de un sector de la citada población. Se procedió a partir de entonces al deslinde, reparto y repoblación de la villa y su término, tarea en la que se emplearon unos ocho años. La villa se dividió en cuatro collaciones: Santa Cruz, Santa María, Santa Bárbara y San Juan. A continuación se repartió la zona inmediata a la población -“término de la legua”-, más tarde se fijaron los límites con los concejos colindantes, y por último se repartieron las aldeas del término.

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Documento 2

1266, abril, 12. Sevilla.

Alfonso X concede a Écija el fuero de Córdoba.

Copia certificada de curia, expedida en Écija, en noviembre de 1499. Tumbo de los Reyes Católicos. Pergamino, 30 x 21 cm. Archivo Municipal de Écija. Libro 1606, fols. 9r-15r.

El marco jurídico de Écija quedaría configurado poco después del repartimiento, mediante la concesión real del fuero o conjunto de normas que constituía el derecho fundamental y la base reguladora de la vida local. El fuero otorgado a Écija fue el mismo que Fernando III dio a Córdoba, con fecha 8 de abril de 1241, basado en el concedido a Toledo siglo y medio antes. Esta normativa sería posteriormente adaptada a la realidad concreta ecijana por privilegios reales y ordenanzas que lo desarrollaron.

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Documento 3

1274, enero, 29. Santo Domingo de la Calzada.

Alfonso X concede a Écija feria de quince días en tiempos de Cuaresma.

Copia certificada de curia, expedida en Écija, en noviembre de 1499. Tumbo de los Reyes Católicos. Pergamino, 30 x 21 cm. Archivo Municipal de Écija. Libro 1606, fols. 15r-16v.

La feria era uno de los privilegios más codiciados por las ciudades medievales. Fruto de la voluntad regia, su concesión a localidades de cierta importancia en los momentos inmediatos a la conquista fue práctica común, viéndose siempre acompañada de exenciones impositivas y de una fuerte protección jurídica a los que a ella acudieran.  Era el medio de potenciar la prosperidad comercial y aumentar el vecindario de cualquier núcleo urbano. Nada tiene de extraño, por tanto, que fuera este privilegio uno de los primeros que gozara una villa como Écija, cuya localización geográfica la convirtió en centro neurálgico para la defensa de la campiña sevillana y cordobesa en la Baja Edad Media.

Copia certificada de curia, expedida en Écija, en noviembre de 1499. Tumbo de los Reyes Católicos. Pergamino, 30 x 21 cm. Archivo Municipal de Écija. Libro 1606, fols. 1v-8v (en PDF se muestra asimismo el fol. 1r., con la diligencia de apertura del Tumbo).

Incorporada Écija a la Corona de Castilla en 1240, Fernando III permitió que la población musulmana continuase en la villa. Mediante una ventajosa capitulación, sus habitantes lograron salvar no solo sus vidas y propiedades, sino conservar su propio estatuto jurídico, su religión, sistema fiscal y autoridades tradicionales. El pacto, naturalmente, suponía el sometimiento al rey de Castilla, hecho este simbolizado por la entrega de la fortaleza de la Calahorra y por la instalación en la villa de una guarnición castellana. Fernando III confió la tenencia de la fortaleza a su heredero el infante don Alfonso, quien a su vez la daría a su amigo don Nuño González de Lara.

Las capitulaciones estuvieron en vigor hasta 1263, año en que Alfonso X decidió expulsar a la población musulmana, ante un conato de resistencia por parte de un sector de la citada población. Se procedió a partir de entonces al deslinde, reparto y repoblación de la villa y su término, tarea en la que se emplearon unos ocho años. La villa se dividió en cuatro collaciones: Santa Cruz, Santa María, Santa Bárbara y San Juan. A continuación se repartió la zona inmediata a la población -“término de la legua”-, más tarde se fijaron los límites con los concejos colindantes, y por último se repartieron las aldeas del término.

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Documento 4

1282, mayo, 1. Écija.

        Alfonso X ordena que el concejo de Écija use el fuero concedido por él mismo en 1266 y los privilegios otorgados por Fernando III, para el gobierno de la villa y para que esta “se pueble meior”, especialmente el relativo al nombramiento anual de alcaldes, jueces y demás oficiales de la administración de justicia.

Pergamino, 17 x 16 cm; plica de 3 cm, con orificio del que penden hilos de seda que vinculaban el sello de cera (hoy desaparecido).Archivo Municipal de Écija. Legajo 16, documento 1.

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Documento 5

1282, mayo, 1. Écija.

        Alfonso X ordena a los concejos de Sevilla, Constantina, Hornachuelos, Osuna, Estepa y Benamejí, que dejen cortar madera y hacer carbón en sus términos a los vecinos de Écija, “para fazer sus casas e para sus lavores”.

Copia certificada notarial, expedida en Écija, el 27 de octubre de 1403. Pergamino, 37 x 17,5 cm. Archivo Municipal de Écija. Legajo 18, documento 3.

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Documento 6

1282, mayo, 1. Sevilla.

        Alfonso X prohíbe meter en Écija vino de fuera durante los seis primeros meses del año, en aras de favorecer la producción local y propiciar el poblamiento de la villa.

Copia certificada de curia, expedida en Écija, en noviembre de 1499. Tumbo de los Reyes Católicos. Pergamino, 30 x 21 cm. Archivo Municipal de Écija. Libro 1606, fols. 19v-20r.

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